Sobre mí
"Siempre he vivido el momento"
Mi historia
Nací en Barcelona y fui criada en Las Palmas de Gran Canaria, tierra de luz, tradición y mar, que me dio las raíces de la autenticidad y la cercanía que me acompañan siempre. Desde niña me atrajo el mundo de la expresión, la moda y la comunicación, una pasión que pronto encontraría su camino.
En 1987 representé a mi tierra en el certamen nacional de belleza y fui coronada Miss España, además de obtener el título de Miss Elegancia del Mundo en Londres. Aquel momento no solo marcó un antes y un después en mi vida, sino que también me abrió las puertas a representar a España en escenarios internacionales como Miss Mundo en Londres y Miss Universo en Taipéi.
Desde entonces, cada experiencia ha sido un aprendizaje: de la pasarela a los medios, de los escenarios a los micrófonos, de los proyectos personales a los empresariales. Un viaje de constante crecimiento, siempre con la ilusión de comunicar, inspirar y aportar.
«Mi madre soñó que sería Miss España»
Mi vocación
Mi vida profesional ha transitado diferentes caminos que se entrelazan en un mismo propósito: comunicar con autenticidad.
Como modelo, descubrí el poder de la imagen y la importancia de la representación. Aprendí a moverme en un sector exigente y a defender una belleza diversa y real.
Como comunicadora, la televisión, la radio y los eventos me dieron la oportunidad de conectar con miles de personas, siendo voz y rostro de proyectos muy distintos.
Como empresaria, he desarrollado proyectos vinculados a la imagen, el marketing y la consultoría, siempre con una mirada estratégica y humana.
Mi filosofía
Creo en la belleza con propósito, esa que no se mide en estereotipos, sino en autenticidad.
Defiendo que la verdadera elegancia está en ser uno mismo, en aceptar la edad como un valor y en representar la mujer real, completa y diversa.
La madurez no es un límite, es un poder. Cada año suma experiencia, visión y sensibilidad. Y con esa convicción camino, inspiro y comparto: mostrando que la comunicación y la imagen tienen fuerza transformadora cuando se ponen al servicio de los demás.
